3 errores que todos hemos cometido alguna vez al servir el vino

Comprar un buen vino es el primer paso para poder disfrutar y saborear uno de los placeres de esta vida. Pero no llega con eso si acabas cometiendo alguno de los errores más habituales al servir vino.

Desde Vinos Sanz vamos a repasar 3 que casi todo el mundo ha cometido alguna vez y que son muy fáciles de corregir. ¡Allá vamos!

No maridar bien el vino con la comida

Un maridaje pobre puede arruinar cualquier comida o cena. Por suerte, combinar comida y vino no tiene por qué ser confuso ni abrumador. De hecho, existen algunas reglas simples que se pueden seguir.

Por ejemplo, si hay una regla básica y universal que todos los comensales experimentados en restaurantes conocen, es que los vinos tintos deben combinarse con carnes con sabor audaz y que los vinos blancos deben combinarse con carnes más ligeras (como pollo o cerdo) y mariscos. 

Sin embargo, hay excepciones para esta regla. Por ejemplo, una igualmente importante es que se debe combinar los vinos con la salsa y no con la carne. Por lo tanto, si tu carne audaz y con sabor resulta picante, tiene muchas más opciones para un excelente maridaje de comida y vino, desde un vino igualmente «picante» (como Syrah), hasta uno un poco seco. Otra buena regla general es que los vinos tintos se equilibran mejor con platos grasos. 

Si quieres descubrir combinaciones de recetas con vinos que encajan a la perfección, encontrarás muchas en nuestro hashtag de instagram #MaridajesSanz.

No prestar atención a la temperatura

Hablando en general para todos los vinos, las fluctuaciones de temperatura provocan reacciones químicas que no son deseables. Si almacenas el vino a una temperatura demasiado alta, lo cocinas y se destruye el sabor. A una temperatura demasiado baja, se produce la congelación y el corcho se compromete provocando oxidación y estropeando el sabor.

Servir el vino a la temperatura óptima te brindará una mayor oportunidad de disfrutarlo en su máximo potencial. Sirve vino tinto fresco y vino blanco más fresco y champán y espumoso mucho más fresco. Las temperaturas óptimas, por variedades, son: 

  • Vinos blancos ácidos y brillantes: de 8 a 11 grados.
  • Vino espumoso: de 10 a 13.
  • Vinos tintos claros: de 14 a 18.
  • Vinos tintos pesados: de 17 a 20.

Servirlo nada más abrir la botella

En general, airear el vino suavizará los bordes más afilados del sabor y el gusto. El aire interactúa con el tanino del vino. Crea un retroceso de los elementos, pero tiene el efecto contrario en el aroma. El aroma florecerá durante el proceso de aireación, dando como resultado un aroma más claro que resaltará los diversos sabores del vino. El mérito de un vino, después de todo, está tanto en el olor como en el sabor. Y es que no podemos olvidar que la cata tiene 3 fases: visual, olfativa y gustativa.

El tiempo necesario para airear un vino también es un factor que debe tenerse en cuenta. Si el vino ya tiene un sabor y aroma más tranquilos, solo necesita unos cinco minutos para airearse. Un vino más fuerte, a su vez, puede necesitar hasta una hora para airearse. 

Si dispones de un buen vino para disfrutar con tu pareja, familia o amigos ¡no querrás estropearlo por un pequeño error! Asegúrate de no cometer ninguno de los anteriores y podrás disfrutar del mejor sabor y aroma.

]]>
Ir al contenido