Una cata para cada momento…

Catar es “probar, gustar algo para examinar su sabor o sazón”. Pero en el mundo del vino esta palabra tiene un significado mucho mayor: lleva consigo una serie de procedimientos o “rituales” en los que entran en juego los sentidos de forma excepcional con el fin de descubrir los aromas, gustos y texturas que encierra cada vino. En esta ocasión nos vamos a centrar principalmente en los tipos de cata, cada una con una finalidad y un modus operandi característicos.   Probablemente la más popular es la cata ciega, en la que los participantes desconocen el vino que van a degustar. Las botellas se suelen cubrir para que aspectos como la añada, la zona geográfica o la marca no afecten en la opinión del catador antes de probar el vino. Pueden comenzar con una temática previamente definida (ej. Tipo de uva, denominación de origen, añada…) o no aportar ningún tipo de información acerca de los vinos a probar (la llamada cata doble-ciega). Las catas a ciegas se caracterizan principalmente por la objetividad e imparcialidad del encargado de juzgar cada vino, sin verse influenciados por la zona geográfica, la bodega en la que se elabora o su añada. Por otro lado hay que tener en cuenta las catas horizontales y verticales: La cata horizontal se caracteriza principalmente porque durante su desarrollo se catan vinos procedentes de diferentes bodegas pero de la misma añada y denominación de origen. Por lo tanto es perfecta para realizar una valoración acerca del productor y la calidad de la uva utilizada en el proceso de elaboración de cada vino en una determinada zona geográfica. Y…la cata vertical se diferencia de la anterior en que durante su transcurso se degustan vinos de diferentes añadas pero de la misma bodega. De este modo podemos analizar su evolución a lo largo de los años. Existe otra forma de catar un vino no tan popular como las anteriormente citadas, la cata diagonal. En ella se disfrutan y valoran vinos que comparten la misma zona geográfica pero procedentes de diferentes productores y añadas. Este procedimiento de degustación puede ser útil para comprobar la evolución de los caldos de una determinada región pudiendo así compararlos con los del resto de territorios vinícolas. Si eres de los que aún se están introduciendo en el maravilloso mundo del vino hay un tipo de cata perfecta para ti. Se trata de la denominada cata doble. En ella se disfruta catando los diferentes vinos con las etiquetas descubiertas. Posteriormente se cubren las botellas y se repite el proceso para intentar reconocer y valorar cada vino. Como hemos observado existen diversas maneras de llevar a cabo una cata de vino, una para cada momento, pero todas ellas tienen un elemento en común: el placer de degustar un vino. ¡Salud! Sanz-Verdejo-Cata]]>

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