¿Qué hay de cierto en eso de que el vino es beneficioso para la salud?

En internet, en la tele, en una conversación entre amigos. Seguro que alguna vez has escuchado algún nuevo estudio que confirmaba nuevos beneficios del vino. Que si una copa al día alarga la vida, que si los antioxidantes, que si el corazón…

La verdad es que el vino presenta diversos componentes que pueden beneficiarnos, como: Resveratrol, un poderoso antioxidante que combate los radicales libres presentes en nuestro organismo, responsables de que aparezcan signos de vejez; Taninos, conocidos por sus efectos antibacterianos; Flavoniodes, que evitan la formación de células en nuestra piel que reaccionen desfavorablemente al oxígeno; y Minerales como el litio, bueno para el sistema nervioso, magnesio, que ayuda a controlar el estrés, zinc, para fortalecer el sistema inmunológico, además de potasio y calcio para prevenir la descalcificación.

Sin embargo, a veces se han utilizado estos estudios para justificar un consumo excesivo de alcohol, o simplemente sacar los datos de contexto.

No debemos perder la perspectiva, y es que cualquier cosa en exceso no es buena. Y por supuesto, el consumo excesivo de cualquier bebida alcohólica es perjudicial para la salud, ¡si nos pasamos echamos al traste todos los beneficios anteriores!

Más que intentar justificar el consumo de vino con supuestos beneficios para la salud, debemos disfrutar del momento como lo que es: un viaje de sensaciones placenteras, una amalgama de aromas y sabores que nos hacen disfrutar de la vida. Un momento único que en sí mismo nos aporta un momento de disfrute, ya sea con uno mismo o en un momento social. Una copa que acompaña tus tapas entre amigos, una botella para esa noche romántica que te mereces, o un escape después de un día duro de trabajo.

Jorge Luis Borges plasmó su amor por el vino en este Soneto del vino:

¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa

conjunción de los astros, en qué secreto día

que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa

y singular idea de inventar la alegría?

Con otoños de oro la inventaron. El vino

fluye rojo a lo largo de las generaciones

como el río del tiempo y en el arduo camino

nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

En la noche del júbilo o en la jornada adversa

exalta la alegría o mitiga el espanto

y el ditirambo nuevo que este día le canto

otrora lo cantaron el árabe y el persa.

Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia

como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.

Así que dejémonos de estudios, de beneficios, de supuestos descubrimientos. Y apreciemos el vino como lo que es, un momento de pasión, ¡que sólo se vive una vez!

Y ese, winelover, es el verdadero beneficio del vino. No necesitas una excusa para disfrutar de este momento, ¡que viva el vino!

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