Seguramente, te has encontrado en más de una ocasión con el dilema de qué vino llevar a una cena o comida ya sea en casa de un familiar o de amigos. Cada persona tiene gustos distintos, hay gente a la que le gusta más probar vinos nuevos y hay quien tiene su vino predilecto y pide siempre el mismo. Acertar se convierte muchas veces en misión imposible. Por todo esto, vamos a intentar a través de este artículo, dar algunas claves para poder regalar la botella de vino ideal:
¿A qué persona queremos regalar?
No es lo mismo regalar a un familiar cercano que a un amigo de confianza, o a alguien que tenga relación con el trabajo. Dependiendo de la clase de relación que mantengamos, podremos regalar un vino u otro. Para esto, tenemos que tener en cuenta la edad, el género y cualidades de su carácter. Por ejemplo, si una persona tiene un carácter que tiende a ser más alegre y soñador, un vino rosado es una excelente opción. Si, por ejemplo, la persona a la que queremos obsequiar con un vino es elegante, los vinos con un poco de madera le irán a la perfección.
Épocas del año
Aquí es importante subrayar en qué fecha queremos hacer ese regalo, ya que no es lo mismo regalar un vino en la época estival que, por ejemplo, en Navidades. Las épocas como la primavera o el verano son ideales para obsequiar con vinos blancos o rosados mientras que en otoño e invierno, los vinos tintos o espumosos son perfectos.
Clase de bebedor
Aquí las preguntas son: ¿es una persona que bebe vino de manera ocasional? ¿acaba de adentrarse en el mundo del vino? O ¿es un gran conocedor del mundo del vino?.
En el caso del primero, es una persona que tampoco muestra especial interés hacia los vinos que toma, pero que sí tiene claros aquellos vinos que más le gustan. Por lo tanto, si nos encontramos con esta clase de bebedor, la respuesta es clara: comprar ese vino que tanto le gusta sin complicarnos la vida.
En cambio, si se trata de una persona que acaba de descubrir el mundo del vino, aquí se presentan dos opciones, o bien regalarle el vino que le guste o darle a probar nuevos, con el fin de que vaya descubriendo nuevos sabores, matices…
Pero si a quien nos encontramos es a un gran experto en vinos, sin duda, lo mejor, es intentar sorprenderle con algún vino que él no conozca y tenga muchas ganas de catar.
“Sé lo que te gusta”
Saber los gustos de la persona sería, sin duda, de una gran ayuda ya que nos da muchas pistas sobre la clase de vino que podemos regalar. Por ejemplo, si la persona a la que vamos a regalar le gustan los sabores fuertes, le gustarán sin duda los vinos que cuenten con una gran intensidad. Pero si te encuentras ante alguien a quien le gustan los sabores dulces, cremosos…, sin duda, le encantará un vino afrutado o tenderá más a vinos dulces.
Y no olvides algo muy importante, no regales nunca una botella de vino a alguien que no sabe beberlo ni apreciarlo.
Desde hace ya unos cuantos años, el mundo del vino se ha hecho un hueco tan grande en los consumidores, que ya son muchos los que se acercan a tiendas especializadas o bodegas para comprar vinos y contar con “una pequeña bodeguita” en casa. Lo normal es no contar con un espacio amplio, que reúna las características idóneas para su conservación, pero sí podemos lograr con algunos pequeños consejos, que el vino se conserve bien si aplicamos algunas de los datos que aportamos a continuación. Así, conseguiremos que nuestros vinos se conserven bien y poder disfrutarlos sin problemas.
La temperatura, humedad y lugar de conservación
Lo idóneo sería contar con una bodega, sótano o trastero, pero como decíamos es poco probable que contemos con un espacio así, por lo que lo recomendable es encontrar un lugar en la casa donde las condiciones como la temperatura, la humedad y el lugar de conservación sean lo más aceptables. Por ejemplo, la temperatura constante de un vino oscila entre los 12º y los 16º. Lo más importante es que el vino no sufra cambios de temperatura, por lo que la cocina no sería el lugar más adecuado para conservarlo, ya que en esta estancia las temperaturas varían a la hora de cocinar.
El lugar de conservación
El espacio que escojamos debe ser una localización fresca y con una humedad que debe situarse entre el 70% y el 80% para que el corcho no sufra alteraciones. Para concretar cuál es la temperatura y la humedad, es recomendable contar con un higrómetro y termómetro cerca de las botellas.
La luz es un factor importantísimo a tener en cuenta a la hora de la conservación ya que puede alterar y crear reacciones químicas en el vino. Por lo que la recomendación sería un lugar oscuro donde la luz no incida. Una buena opción es depositar los vinos en cajas o muebles cerrados. Hoy en día, además, existen enfriadores y conservadores de vino que nos pueden ayudar al mantenimiento del vino.
La ventilación
Su ventilación es fundamental para evitar que el vino esté libre de olores y para evitar que se generen hongos.
La posición y el cierre
La posición de la botella es otro rasgo a destacar. Siempre debe estar en posición horizontal. La explicación es sencilla, así el vino puede estar en contacto con el corcho. También, es destacable que el vino no sufra cambios ni movimientos, y que reposa tranquilamente.
En muchas ocasiones, a la hora de consumir un vino, no llegamos a acabarnos la botella, por lo que lo ideal para que ese vino no pierda sus propiedades es hacerse con un sistema de cierre al vacío, ya que evitará su oxidación.
El tiempo de conservación
Y, por último, hablaremos del tiempo de conservación y es que tenemos que tener en cuenta que no todos los vinos mejoran y envejecen bien a la vez. Por lo que su conservación varía. Es importante distinguir en nuestra “bodega particular” qué vinos son aquellos que pueden aguantar y cuáles hay que beber tempranamente.