A pesar de hablar de la capital del país, los vinos de Madrid no gozan de la gran popularidad de otras regiones. Tradicionalmente, se ha pedido en restaurantes y tabernas vinos de Denominaciones más clásicas como Ribera del Duero o Rioja, no dejando espacio para las joyas castizas.
Incluso los propios madrileños no conocen la tradición y calidad que este manjar alcanza en las fronteras de ésta y el origen histórico que tiene.
¿Cuándo empezó la tradición vinícola en Madrid?
Se cree que fueron los romanos los que introdujeron la tradición vinícola en Hispania, sin embargo, hay que esperar hasta el siglo XIII para obtener documentos que daten con fecha exacta la presencia de viñedos y vinos en Madrid, documento que narra la disputa entre un señor feudal y unos monjes por la propiedad de unas tierras de vides.
Fue durante siglos el cultivo más importante tras el cereal, y se terminó de consolidar y de sufrir un auge considerable tras la creación de la capitalidad.
La Denominación de Origen Vinos de Madrid
Para asistir a la aparición de la Denominación de Origen Vinos de Madrid (sí, existe esta denominación y somos consciente de que probablemente ¡no lo sabías!) tenemos que esperar nada más y nada menos que hasta 1990. Siendo tan joven (la denominación, no así la tradición vinícola) no es de extrañar que sea tan poco conocida.
Sin embargo, el surgimiento de ésta deja claro lo que ya muchos expertos sabían: la calidad de los vinos de Madrid es perfectamente comparable con la Denominación de Origen Ribera del Duero y con la D.O. Rioja; sus viñedos crecen en terrenos de igual excelencia y los resultados son un manjar al paladar.
No en vano, en la Comunidad de Madrid existen hoy por hoy 51 bodegas con Denominación de Origen, pudiendo identificar tres zonas productoras de este vino: San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero y Arganda. Principalmente se producen tintos jóvenes y rosados; aunque también podemos encontrar algún espumoso y Crianza con esta denominación.
¡Apostemos por los vinos de Madrid!
El problema del desconocimiento de los Vinos de Madrid no se encuentra en su calidad, sino en la percepción que históricamente tenemos de que otras denominaciones cuentan siempre con mejores vinos.
Vinos Sanz apuesta por la difusión de las bondades del vino de la capital, con una historia personal altamente conectada a la evolución de éste en Madrid. Nuestro proyecto en la Denominación de Origen Vinos de Madrid tiene el objetivo de presentarte la calidad de la que estas tierras dotan a la bebida preferida del dios Baco. Te invitamos a darte una vuelta por nuestra web, y a probar nuestro Sanz La Capital y Sanz La Capital Roble, dos tempranillos de máxima calidad y con todo el sabor de la ciudad de Madrid en cada sorbo.
Las burbujas pueden ser definidas con tres palabras mágicas: inocentes, divertidas y mágicas; se dicen que son mágicas por el delicado y especial proceso que ocultan algunos vinos para alcanzar su elegante burbuja.
Las burbujas en los vinos se originan por la liberación de gas carbónico (dióxido de carbono o anhídrido carbónico), como se conoce el gas cuya fórmula química es CO2, que se encuentra presente de una forma natural en la atmósfera y es fundamental para la vida.
Este compuesto se desprende en cantidades sustanciales durante la fermentación por la acción metabólica de las levaduras. Para conseguir la efervescencia en vinos espumosos, se produce una segunda fermentación en cerrado (de forma que el C02 no puede salir y se disuelve en el líquido), pero esto no es necesario para obtener un vino con aguja, es decir, um vino que por su elaboración conserva una pequeña cantidad de anhídrido carbónico procedente de la fermentación.
¿Por qué encontramos burbujas en la copa?
Las burbujas demuestran la calidad del proceso de fabricación, así como el tipo de copa, su material y las pequeñas partículas que se encuentran presentes en ellas. Por ejemplo, en las copas de boca ancha, se pierde mucho más rápido el CO2, y las burbujas disminuirán rápidamente.
Los amantes de los vinos saben que no son lo mismo las grandes burbujas de una gaseosa a las pequeñas y delicadas burbujas de un vino con aguja. Algunas de las funciones que cumplen son:
- Estimulan las papilas gustativas, liberando de esta forma aromas exquisitos del vino.
- Estimulan receptores sensibles al tamaño y la presión, al momento de “chocar y estallar’’.
Se puede decir entonces que: “Un millón de burbujas finas significan una gran variedad de estímulos sensoriales’’.
Tips para cuidar las burbujas en los vinos
- Elegir un buen vino espumoso o con aguja, como nuestro Fri Sanz Te.
- Servir a una temperatura que ronde los seis y nueve grados, puesto que así facilita el desprendimiento de la burbuja.
- Utilizar copas de cristal.
- Servir delicadamente, con la copa inclinada a unos 45 °, evitando que el líquido choque con el fondo.
- En los espumosos, tratar de no agitar la botella para lograr el estallido, tan popular.