Seguro que te has topado muchas veces con el término “Denominación de Origen” mientras tienes alguna conversación acerca de tu vino favorito, o simplemente leyendo las etiquetas de los vinos.
¿Qué es la denominación de origen?
Se trata de una regulación que indica de donde proviene la uva con la que fue hecho el vino. En realidad, esta una forma simplificada de explicar la denominación de origen, pues se toman muchos factores en cuenta además del origen de la uva, para otorgar a los vinos alguna denominación.
La denominación de origen Rueda, a la cual pertenece nuestros vinos toma en cuenta, dentro de muchos otros, los siguientes factores para considerar un vino dentro de la denominación:
- Prácticas de cultivo
- Condiciones para la elaboración del vino
- Condiciones de envejecimiento
- Restricciones a la vinificación
- Delimitación del área geográfica (La D.O Rueda pertenece a las provincias españolas de Valladolid, Segovia y Ávila)
- Variedad o variedades de uva
- Clima, geografía y geología
¿Por qué debo conocer el origen del vino?
Pues muy sencillo, supón que te ofrecen dos botellas de tequila, una de México y otra de China. Por supuesto vas a elegir la mexicana, pues sabes que es el mayor productor de tequila en el mundo y de alguna manera es su sello de calidad. Lo mismo sucede con el vino. La denominación de origen indica la tierra donde fue cosechada la uva, cuál fue el tipo de producción del vino y el clima de estas regiones. Así sabrás qué sabor encontrarás al momento de destapar tu botella.
No es lo mismo un vino francés, español, chileno o de California, pues todas son regiones completamente diferentes, con climas y suelos distintos, cuyos viñedos producen diferentes uvas; y además se atañen a procesos diferentes.
De hecho, España al poseer diferentes microclimas, posee diversas denominaciones de origen, desde Rueda hasta Navarra, alcanzando un total de setenta; y cada una con un consejo regulador que vela para que se cumplan las condiciones necesarias para que un vino obtenga dicha denominación.
Calidad vs Autenticidad
- Pero ¿La denominación de origen habla de la calidad del vino? Sí y no. Tal como en el ejemplo del tequila, es completamente seguro que un tequila mexicano es superior a cualquier otro, aquí la denominación de origen es sinónimo de calidad. Sin embargo, en el caso del vino no todo es blanco y negro, hay muchos matices.
- Lo que sí te puede asegurar la denominación de origen es la autenticidad de tu vino. Habla de un vino realizado con los procesos adecuados para preservar el sabor, con las mejores uvas de la región y bajo estándares de calidad apropiados de dicha denominación. Queda de tu parte determinar cuál es el mejor vino para ti.
En Vinos Sanz nos aseguramos de tener la mejor cosecha de tierras Españolas, así que disfruta de tu botella de vino con la seguridad de degustar un buen sabor peninsular.
Seguro que no es la primera vez que te enfrentas a la situación de estar en algún restaurante, con algunos amigos o cita romántica y toca pedir un vino. Entonces, te lanzas a la aventura de llamar al sommelier y ordenarlo. Pero de inmediato te paralizas ante la pregunta: ¿Cómo pido un vino?
Por eso queremos dejarte algunos tips para que no pierdas el momento de impresionar a tu cita, a tu jefe o a tus amigos, y pidas con seguridad un vino que a todos les agrade.
- Haz una investigación previa acerca del vino que te gusta. Como buen winelover, a estas alturas debes tener identificado tu vino favorito. Aún así, te recomendamos investigar las características que hacen de este vino el que siempre elijas. De esta forma que cuando estés en un restaurante puedas identificarlo con facilidad o decantarte por uno muy parecido.
- Recuerda elegir un vino acorde a la comida. La regla general nos dice que vinos tintos con carnes rojas y vinos blancos con carnes blancas; sin embargo, hay otros factores que tomar en cuenta al momento de decidirnos por un maridaje.
- Sigue tu instinto. Ante la carta de vinos, con todos los nombres que estés mirando, sigue tu instinto y pídele al sommelier o mesero encargado que te recomiende un vino de acuerdo a lo que esperas probar. Piensa, qué sabor quieres, cuál es su grado de alcohol, tiene o no, un olor fuerte, etc. Descríbele las características del vino que esperas degustar, y el encargado te dará la mejor recomendación.
- Ve a tu propio ritmo. Nadie espera que por ser el winelover de la mesa de repente conozcas todos los términos y hagas una cata digna de un experto. Así que no te compliques con términos que aún no conoces o no dominas acerca del vino y no tengas miedo de preguntar antes de tomar una decisión.
- Pide una pequeña porción del vino en tu copa. Huele, remueve un poco y saborea el vino. Si es agradable a tus sentidos, es quizás el vino ideal para ti.
- No te guíes por mitos. Las lágrimas del vino, las burbujas o el año de la cosecha realmente no te dan mucha información (por lo menos no tanta como esperas). Si quieres estar seguro de la información que estás recibiendo acerca del vino, pide revisar tu mismo la etiqueta e identifica los elementos que te interesan. Si no tienes acceso a la etiqueta, pide de manera amigable al sommelier o el encargado que te dé la información que necesitas.
Después de leer estos consejos te invitamos a que los pongas en práctica con nuestros vinos. No solo encontrarás el maridaje ideal para cada tipo de vino, sino que además, las características de elaboración de cada uno de ellos.
Conociendo sus características y con los tips que te dimos, ¡ya no tienes excusa para no tomar la iniciativa y ordenar un buen vino!
El amor inspira los más hermosos pensamientos hacia la persona amada. Tanto que deseamos hacer realidad alguno de ellos; y algunas personas en la historia sí que lo hicieron. A continuación queremos dejarte cinco locuras amor, de personas importantes en la historia, que dejaron en evidencia sus sentimientos por el ser amado; sírvete una copa vino El Loco mientras lees, y descubre hasta dónde llega la locura por el amor.
1) Enviar cartas de amor, muchas cartas de amor
Cuenta la historia que cuando el escritor Mark Twain vio la foto de Olivia Langdon Clemens, quedó enamorado a primera vista, tanto, que sin haberla conocido comenzó a escribirle cartas de amor. A lo largo de los dos años de noviazgo, antes de finalmente casarse, el escritor envió casi setecientas cartas, es decir, casi una a diario.
Por otro lado, sin ser escritor, el expresidente de Estados Unidos, John Adams y su esposa Abigaíl Adams se enviaron cartas románticas durante los cincuenta y cuatro años que estuvieron juntos. Ambos confesaron que no podían dejar de escribirse lo que sentían el uno por el otro.
2) Crear la patente para un electrodoméstico
Un esposo muy observador veía como su mujer todas las noches tomaba las sobras de comida y las envolvía delicadamente en un papel para luego deshacerse de ellas. Se le ocurrió inventar un dispositivo que simplemente se deshiciera de toda esa comida hacia el desagüe para que su esposa no tuviera que trabajar tanto. Así fue como el arquitecto John W. Hammes patentó el triturador de comida para fregaderos en 1935.
3) Componer un pieza musical
Muchas canciones de amor hay por doquier, dedicadas al amor eterno y aquellos no correspondidos. Pero en 1870 el famoso compositor Richard Wagner reunió a diecisiete músicos en las puertas de la habitación de su esposa para tocar una pieza compuesta exclusivamente para ella, dirigida por Wagner, mientras ésta dormía. De hecho la pieza era tan exclusiva que no fue hasta un aprieto económico que años más tarde Wagner se vio obligado a venderla. Se negaba a hacerlo, ya que era un pieza de amor dedicada a su esposa.
4) Hacer una maravilla arquitectónica como mausoleo
En 1631 el quinto emperador Mogol, Sha Jahan perdió a su esposa Mumtaz Mahal durante el parto de un hijo. Para conmemorar el profundo amor que sintió por ella, decidió encomendar a los mejores arquitectos del reino para crear un templo en su honor. Así es como nació el famoso Taj Mahal de la India, en cuyo diseño y durante toda su construcción, participó el emperador cuidando de cada detalle.
5) Renunciar a un trono
Aunque no lo creas, en la reciente historia del siglo XX un rey decidió abdicar a su trono por amor. Se trataba del rey Eduardo VIII, a quien no se le permitiría casarse con una mujer divorciada, plebeya y extranjera: Wallis Simpson; de quien estaba enamorado. Así que para poder mantener su relación y casarse con el amor de su vida, decidió renunciar a la corona. De esta forma su hermano se convirtió en el rey Jorge VI de Reino Unido, padre de quien luego sería reina: Elizabeth II.
Ya descubrimos a algunos “locos enamorados” de la historia. Ahora es tu turno, ¿Serías capaz de hacer una locura de amor? Mientras te lo piensas, saborea una copa de vino El Loco, para que tu creatividad despierte. Recuerda que El Loco te invita a descubrir tu cara oculta.