
Queridos Winelovers, el mundo vinícola es muy extenso, a veces apabullante; pero siempre muy interesante. Ya sea que goces de amplia experiencia o seas un novel en este mundillo, siempre viene bien repasar algunos consejos básicos, es por esto que te traemos una pequeña guía con 5 errores de principiante con el vino.
1. Mal descorchado
Desde agitar la botella, hasta ensuciar el vino con viruta de corcho —errores típicos de quienes recién van comenzando en el mundo del vino y no prestan atención a estos detalles—. El descorche es un paso tan importante que tiene, incluso, su propio ritual. Para un correcto descorche de nuestra botella de vino es primordial seguir los siguientes pasos: se retira primero el envoltorio que recubre la boquilla (para evitar residuos dentro del envase), después, se debe centrar el sacacorchos y enroscar cuidadosamente evitando hacer presión sobre el corcho, siempre procurando de no atravesarlo completamente, ya que, si la punta del sacacorchos sale por la parte inferior del corcho, depositara residuos de este último en el vino, empañando su presentación ante nuestros invitados, por último, se debe de extraer el corcho con gentileza, evitando el sonido de vacío ya que esto puede revolver el vino al interior de la botella.
2. No dejarlo respirar
Los vinos son algo vivo, es decir, evolucionan. Desde que están en la barrica hasta cuando lo sirves en tu copa. Descorchar una botella de vino y darle tiempo a este para que se oxigene, enriquece en gran medida su personalidad; devela los grandes secretos aromáticos que celosamente guarda. Es por esto que airear un vino es buena idea —aunque, contrario a lo que se cree, no hace falta ni 20 minutos, mucho menos media hora para que esté a punto, uno o dos minutos son suficientes—. No dejar airear un vino y servirlo justo al descorcharlo, es un error de principiante muy básico, pero del que estamos seguros te libraras de una vez por todas.
3. Beberlo incorrectamente
Sabemos que en ocasiones los dos puntos anteriores son tediosos: retirar el corcho, dejarlo respirar—te prometemos que todo ese arduo trabajo tiene su recompensa—, es por esto que en ocasiones tendemos a beber la primera copa de golpe. Al vino hay que dejarle que cobre vida en el paladar y que este se adapte a la bebida que recién recibe: esto lo logramos con un primer sorbo pequeño. Una vez hecho esto podemos continuar bebiendo en sorbos grandes. Está demostrado que los sorbos grandes ayudan a identificar mejor los sabores del vino, pues dependiendo del volumen del trago será la interacción del vino con la saliva. Si no se permite esta interacción y se bebe la copa de un solo trago, se está desperdiciando la oportunidad de conocer a fondo el carácter del vino que se degustando, algo que sin duda es un error de principiante.
4. Guiarse por el precio
Un vino no mide su calidad por el valor monetario que ostenta en el aparador; está va más allá de una simple etiqueta de precio en el supermercado. Degustar un vino es sobre sensaciones: la gama de colores que presenta a tus ojos al servirlo en la copa, ¿Qué tan gentil, amable y atractivo es para el olfato?, ¿qué matices muestra al encontrarse con tu boca?, ¿cómo se desnuda en tu paladar? Y finalmente ¿qué emociones y sentimientos te evoca al beberlo? Como ves, el costo por ningún lado es un factor fundamental. Es por esto que adquirir una botella de vino imaginando que su calidad está asegurada por su alto valor económico es un error garrafal.
5. Descuidar su almacenamiento
Si bien el vino se recomienda guardarlo los primeros días de forma vertical después de su descorche (Para que se asienten en el fondo de la botella sus posibles sedimentos), lo ideal es mantenerlo en posición horizontal, pues permite humedecer el corcho, quien a su vez, mantiene bien sellada la botella. La temperatura también es crucial en la conservación de nuestros vinos: mantenerlos a una temperatura constante de 20 grados centígrados y con sombra es lo ideal. Es por esto que no prestar atención en su almacenamiento es incorrecto.
Con estos consejos a la mano estamos seguros que no cometerás estas metidas de pata nunca más ¡A qué esperas para servir una copa y ponerlos en práctica!