¿Por qué las botellas de vino son de vidrio?

y es aquí donde surge la duda ¿y el vidrio?, ¿por qué las botellas siguen siendo de vidrio si el mundo vinícola se ha modernizado como nunca? Y a todo esto ¿por qué algunas son de color verde? En este artículo responderemos esas dudas para que conozcas un poco más sobre el mundo vinícola. Obviaremos la historia del vidrio y su descubrimiento e iremos directo al tema en cuestión. ¿Por qué las botellas de vino siguen siendo de vidrio?  Esto es debido a que el vidrio posee cualidades que ningún otro material puede igualar.

Las 5 propiedades inigualables del vidrio

Es impermeable —contrario a envases de reciente creación como el Tetra Brik, por ejemplo—, lo que impide que el oxígeno entre en contacto con nuestro vino y acelere su proceso de oxidación.  No posee olor ni sabor. Cualidad muy importante ya que esto evita que se mezclen aromas y sabores ajenos a nuestro vino, por lo que la personalidad de este no se verá afectada.  Poca porosidad. Esta propiedad va de la mano con las anteriores: la casi nula porosidad del vidrio garantiza que su guarda sea más efectiva frente a otros materiales —como el PET, por ejemplo—, aumentando la calidad y extendiendo el tiempo de vida de nuestros vinos durante su guarda. Un vino se considera de guarda cuando tiene unas características adecuadas que permiten hacer que madure en botella, como nuestra edición limitada Dressage. Es un material estable. Los cambios bruscos de temperatura no afectan su forma, resiste muy bien las altas y bajas temperaturas y en general los cambios atmosféricos —como el cambio de presión que se genera al envasar el vino y en su posterior descorche—.  Altamente reciclable. Una botella de vidrio puede reciclarse infinitamente ya que su componente principal no se pierde en el proceso. Fabricado a base de materiales naturales como la arena y el carbonato de sodio, es un claro ejemplo de sostenibilidad y auto sustentabilidad; se evita con su reciclaje la extracción de nuevas materias primas y la erosión del suelo, se ahorra energía en la producción de nuevos envases y minimiza las emisiones de CO2, haciendo de este un producto totalmente eco-friendly.

¿Y ese tono verdoso que llevan nuestras botellas de vino? 

Pues bien, esto se debe principalmente a que el vino es altamente fotosensible —especialmente el vino tinto—, lo que obliga a los productores a proteger el líquido cuanto sea posible de la luz. Diversos estudios han encontrado que el color que mejor lleva a cabo esta tarea es el verde, de ahí el tono verdoso de nuestras botellas. Contrario al tinto, los vinos blancos resisten mejor la luz por lo que su envasado se hace generalmente en botellas transparentes: para que se aprecie mejor su limpidez. Si bien es cierto que el avance tecnológico en el mundo vinícola se ha dado a pasos agigantados —sobre todo en los últimos 100 años—, sus bases siguen inmutables; entre ellas su envasado en vidrio, demostrando así lo perenne que es este bonito descubrimiento que es el vino. Un producto que cumple la regla de la simplicidad: hace de lo complejo algo sencillo y viceversa.]]>

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