Cuando de regalos se trata, el vino siempre es una buena opción. ¿Por qué? Porque el vino está hecho para disfrutarlo, y con él estamos regalando la oportunidad a esa persona de celebrar tanto pequeños como grandes acontecimientos, o incluso hacer que las comidas del día a día se vuelvan algo especial.
Y para regalarlo, a veces nos podemos volver locos y locas eligiendo el más adecuado. Por eso, sigue leyendo para descubrir nuestros consejos.
Tips para regalar vino
Salirse de lo habitual
Si conocemos bien a la persona que vamos a regalar, sabemos qué vino escogería si lo comprara por sí misma. Esto puede ser una guía, ¡pero no la elección final! Si vas a lo fácil, seguramente el regalo puede gustar a la primera, pero no será algo inolvidable.
Ponerse en la piel del otro
Lo primero que debemos saber para regalar vino es el gusto de la persona. Puede que sí le guste el vino, pero es bueno saber si es solo un aficionado o un amante experimentado. Es importante superponer los gustos del destinatario a los nuestros, para hacer que el regalo realmente funcione.
Preguntarle a un experto
Para los que tienen menos experiencia en el mundo del vino, regalar vino puede llegar a ser todo un desafío. Sin embargo, no hay que dejarse nublar por esto, en cualquier tienda especializada en vinos hay expertos dispuestos a ayudar. Un buen Sommelier puede saber qué vino es el ideal para una persona aunque no conozcamos sus gustos en vinos. Datos como el café que le gusta o rasgos de personalidad, pueden dar las pistas para escoger un vino adecuado para alguien.
Elige según la ocasión
No depende únicamente de la ocasión donde darás el regalo, también es importante la época del año en que obsequias. Acertarás más con El Loco de Finca La Colina o un vino blanco en una cálida tarde de verano, donde se apreciarían mejor los tonos afrutados. Y en primavera, es ideal acompañar una cena con vinos dulces, o rosados. Para el invierno, la tradición recomienda los vinos tintos, aquellos con una mayor graduación alcohólica, pueden tener también un regusto dulce. También puedes tener en cuenta si el vino que regalas es para una ocasión especial concreta, de forma que el vino elegido maride con la comida que lo acompañará.
Tómate el tiempo necesario
Escoger un vino para regalar no es algo que deba tomarse a la ligera, pues son muchos detalles para analizar. Una ocasión especial requiere un vino especial. No es necesario gastar una fortuna, pero tampoco es lo ideal comprar vino barato. Muchas veces, la relación precio-calidad no es proporcional, vinos económicos pueden ser exquisitos y vinos costosos pueden no serlo. La etiqueta, reseñas, la añada, la cepa o el país de origen pueden mostrarte la calidad del vino sin importar su costo.

Bonus: Complementa el regalo con algo adicional
Si quieres ir más allá y regalar más que una botella, hay muchas cosas ideales para complementar tu regalo.
Cuando el vino que regalas no está destinado a una comida en específico, es buena idea regalar algo para acompañarlo. Quesos, frutas, o la promesa de una cena hecha por ti son solo algunas ideas. Debes saber qué combina con el tipo vino que regalas. Esto te garantizará un momento grato con esa persona especial.
Si sabes que esa persona comienza a interesarse por el mundo del vino, será bien recibido un accesorio de vinos. No es necesario que sea muy extravagante o costoso, un simple sacacorchos o una tarjeta termómetro te harán quedar bien. Incluso, puedes vitaminar tu regalo con algún libro o guía de vinos, que van a enamorar a cualquier aficionado.
Para darle otra vuelta de tuerca, puedes regalar vino como una experiencia. Por ejemplo una cata, o una entrada a un festival o feria de vinos, ¡dejará vivencias inolvidables en la persona!
Estos son solo algunos consejos para acertar al regalar vino, ya sea en una festividad, o un gusto personal. De todas formas siempre puedes consultar a los expertos que se encuentran disponibles en cualquier vinoteca. O simplemente confiar en tu instinto y en como tú conoces a esa persona, para acertar en tu regalo ideal.
¿Qué debo hacer con el vino restante una vez abierta la botella? Es un dilema común entre los amantes del vino. Aunque lo ideal es acabarlo, hay momentos en los que una botella se queda a medias, y surge la duda: ¿Cómo conservamos nuestra botella de vino abierta?
También hay quienes toman una copa diaria o descorchan una botella únicamente para experimentar como funciona con un buen queso. Es conveniente saber entonces que, al abrir una botella de vino, inicia una cuenta regresiva y la duración dependerá del cuidado que le des. ¡Aquí te regalamos 7 consejos para aprovechar una botella de vino abierta!
¿Por qué una botella de vino abierta pierde sus cualidades?
Cuando descorchamos una botella, el vino reacciona con el oxígeno, algo que es positivo en primer lugar ya que el vino “despierta”. De hecho, lo primero que hacemos al tomar una copa es moverla para el líquido libere sus aromas y eso, es oxigenación. Pero, a la larga nuestro vino se estropeará irremediablemente, ya que las propiedades organolépticas acaban mermándose. Esto es un gran problema si queremos guardar una botella de vino abierta.
Como todo, biológicamente el vino está sometido a ciertas leyes y conforme pase el tiempo acabará convertido en vinagre. ¡Leíste bien! Vinagre. Este fenómeno ocurre cuando las bacterias del ácido acético consumen el alcohol y lo metabolizan. Mientras más aire, estas bacterias se mantienen trabajando, el vino se oxida y lamentablemente sus componentes se volatilizan. No podemos impedir que este fenómeno ocurra, pero si podemos retrasarlo, protegiendo y guardando la botella de vino abierta en condiciones especiales.
1. Tapa la botella de vino abierta
Usar una cucharita a modo de protección en botellas de vino espumoso para evitar que se escape el gas ¡Es un mito! Cierra la botella de vino abierta de la forma más hermética posible, de esta manera reducirás la circulación de aire, ralentizando el proceso de oxidación. Los vinos cerrados con tapa rosca son más fáciles de guardar, pues su material impide casi completamente el contacto con el exterior. Si cierras el vino con su corcho original, asegúrate de apretarlo bien hacia el cuello de la botella.
2. Mejor en la oscuridad
La iluminación afecta negativamente al sabor del vino. Los vinos blancos y rosado no son embotellados con vidrios opacos para que se pueda ver su contenido, ¡con más razón consérvalos en la oscuridad! Sobre todo, si se trata de una botella de vino abierta.
3. Refrigéralo
A nadie le gusta un vino recién sacado del refrigerador, pero la oxidación del vino se acelera a mayor temperatura. Es conveniente refrigerar la botella y si te la vas a beber sácala con anticipación para volver a servirla. Y no lo olvides, una botella de vino abierta por más de una semana, por mucho que la refrigeres, ya es intomable.

4. Es cuestión de postura
Las botellas de vino cerradas se guardan en horizontal para que estén en contacto con el corcho. Pero, si ya hemos abierto una botella se debe guardar de forma vertical disminuyendo el contacto del aire y evitando las oscilaciones.
5. Guarda el vino restante en un recipiente más pequeño
Es importante que consideres la cantidad de vino restante en una botella de vino abierta. Mientras menos vino quede en la botella mayor oxígeno existe dentro de ella, por lo que una buena alternativa es cambiarlo a una más pequeña. Utiliza una botella que pueda cerrarse herméticamente y haz el traspaso del líquido con ayuda de un embudo. Es importante que intentes llenarlo lo máximo de tal forma que apenas quede espacio entre el vino y el tapón.
6. Extrae el aire de la botella
Existen bombas de vacío especializadas en extraer el aire, lo que alargará unos días más la vida de tu vino. Para los que amamos el vino, este eficaz utensilio es un excelente aliado, además su uso es muy sencillo. Existe una gran variedad de bombas en el mercado y se puede disponer de ellas en tiendas o vía internet.
7. Elimina el oxígeno
Otra maravillosa y además sofisticada herramienta que te ayudará a almacenar el vino restante es el inyector de gas inerte. Este tratamiento ayuda canalizar el oxígeno presente en el vino, con la ayuda de un inyector. Esto permitirá que puedas conservar por mayor tiempo tu botella de vino abierta.
¿Y qué hago si el vino ya se estropeó?
Te dimos algunas recomendaciones generales para conservar una botella de vino abierta, pero si te has olvidado de una no la deseches. Si el vino ya está pasado, es bienvenido en la cocina para reemplazar el zumo de limón o vinagre en una receta. No te preocupes por el alcohol, con pocos minutos de cocción se evapora y queda el sabor de su fruta y rica acidez.
Si quieres disfrutar de una copa de vino junto a una deliciosa comida, o simplemente deseas saborear una copa de vino y relajarte, ¡no cometas estos 3 errores!
Maridajes dudosos
Uno de los principales errores al servir vino es que lo combinamos de manera incorrecta. No a todos los vinos les queda bien cualquier comida. Podemos realizar maridajes tradicionales (pescados con vinos blancos, carnes con vinos tintos), o más contemporáneos en función de crear contrastes, armonizar con salsas, etc. En cualquier caso, siempre es bueno pensar por qué elegimos un vino al maridarlo con tu comida. En nuestro blog te damos algunas opciones de maridajes con quesos para no fallar.
No sirvas tu vino blanco caliente, ni frío tu vino tinto
Debes tomar en cuenta que el vino blanco normalmente se sirve frío y el vino tinto a temperatura ambiente. Si cuentas con un vino blanco afrutado y con un buen aroma, entonces sácalo de la nevera pero no lo sirvas de inmediato, déjalo reposar unos minutos. De este modo podrás disfrutarlo mucho mejor. Y si no te da tiempo a enfriarlo, puedes utilizar este truco.
Otro de los errores al servir vino, es refrigerar los tintos en exceso. Puedes refrigerarlo solo un poco antes de servir. De esta manera percibirás que al sacarlo su aroma será mucho mas intenso y fresco.
Usar la copa incorrecta
Tu vino se debe servir utilizando la cristalería ideal para un mejor disfrute. Puedes optar por el clásico, que termina siendo el ideal para servir vinos: la copa no muy alta y ancha, o de bola. Con ella se permite degustar de sus olores y sabores, además de darle la apertura necesaria para que el vino se oxigene. Esta es la opción idonea en todo momento para los vinos tinto. Hay infinidad de copas válidas, algunas más idóneas que otras, ¡pero lo importante es que no sirvas el vino en un vaso tradicional!
Por otro lado, están los vinos espumosos. Si bien puedes servirlos en la copa tradicional, lo cual es correcto también puedes utilizar la copa flauta. Podrás observar como el dióxido de carbono hace llegar las burbujas a la cima de tu copa. Tu vino debe servirse hasta la parte media de la copa para evitar que se caliente.
Bonus: No dejarlo respirar
Respira y relájate antes de que puedas probar el verdadero potencial. Sobre todo si cuentas con un vino tinto potente y joven. No hace falta que utilices un decantador, pero deja a tu vino tomar aire antes de probarlo, de esta forma podrá liberar todos sus aromas.
Si deseas hacer una cata correcta dale un remolino, girando tu copa. Esto sin duda alguna ayuda con el proceso de degustación.
Además de darte un toque de elegancia, evitar estos errores al servir vino hará de tu experiencia algo mucho más placentero.
¡Lo has conseguido! Por fin vas a preparar una cena en casa para esa persona especial, o quizás has logrado invitar a ese profesional que te interesa implicar en tu proyecto.
Sea como sea, te enfrentas a la aventura de escoger el mejor vino para maridar tu cena. ¡Aquí van 5 consejos de los más sencillos!
1. Qué vas a servir
La primera clave es ¿qué vas a servir para la cena? Procura ser muy exigente en este punto a la hora de escoger tu vino y ve más allá del clásico “tinto para carne, blanco para pescado”. Dentro de cada tipo, existe un vino perfecto para potenciar los sabores de cada plato.
Por ejemplo, para un arroz con marisco escoge un Sanz Verdejo que resulta un maridaje perfecto. Para un guiso de carne, te recomendamos un Sanz La Capital Roble.
Y si vas a ser mas innovador y servirás sushi, apuesta por un Verdejo Cien x Cien de Finca la Colina.
2. Ve a lo seguro, escoge un vino con buena puntuación
No ser un experto en vino no tiene porque devenir en un desastre en el maridaje de tu cena. Haz de la Guía Peñín tu libro de cabecera y compra alguno de los que puntúan como excelentes. ¡Acertarás seguro!
Nuestro Finca La Colina Sauvignon Blanc consiguió 92 puntos en la pasada edición de 2018; imposible equivocarse.
3. Con quién vas a cenar
A veces nos olvidamos de hacer una simple pregunta a nuestro acompañante a la cena un par de días antes de quedar. ¿Eres más de blanco o de tinto? ¿Te gustan los tintos fuertes o los blancos afrutados? Simple y efectivo.
4. No menosprecies la temperatura
Algo que debes de tener en cuenta, no sólo en el vino, sino para organizar el menú de toda la cena. No parece tener mucho sentido que, si en la ciudad estás rozando los 40 grados, prepares un guiso y sirvas un tinto con cuerpo.
Estará delicioso pero tu invitado especial lo pasará fatal.
Opta por vinos refrescantes, como un Loco de Finca la Colina y un pescado si las temperaturas altas te lo piden.
5. El postre también llevan vino
No te olvides de bañar también con un buen vino el postre de tu cena. Elige uno distinto para este plato y sorprende a tu invitado especial. Nuestro vino La Chalada es perfecto para el postre.
Tienes los aperitivos preparados, la cena a punto en el horno, la mesa puesta y la terraza preparada para pasar una velada de lo más agradable con tus amigos.
Tocan el timbre y… ¡horror! recuerdas que no habías metido en la nevera ese vino blanco buenísimo que habías comprado. ¿Con qué vas a recibir ahora a tus invitados? ¿Con vino caliente? ¿O con agua?
Tranquilo, ¡suele pasar! Esta situación es de lo más habitual, pero en Vinos Sanz nos hemos propuesto solucionarte la papeleta, mediante un curioso método muy útil y con mucha química.
¡Solo necesitas agua, sal y hielo!
Algo muy difícil de no tener en casa que, y mucho menos en pleno verano. ¡Corre a preparar estos ingredientes mientras tus invitados se entretienen con los aperitivos!
Echa en una cubitera (o un cubo) agua fría, sal, hielo y mete la botella de vino. Remueve y en unos minutos tendrás el vino en la temperatura perfecta. Tus invitados apenas habrás notado tu ausencia, ¡y encima tendrás el vino blanco perfectamente preparado en la cubitera!
¿Cómo funciona?
La explicación de este truco nos la da la segunda ley de la termodinámica: “dos sustancias con diferentes temperaturas alcanzan el equilibrio térmico entre ellas”.
Lo que ocurre es que la mezcla de la sal y el agua produce una reacción endotérmica, que absorbe energía. Para que la sal se pueda disolver, necesita calor, que lo “absorberá” de la lata o la botella, de forma que el frío de los hielos pasará más rápido al recipiente, ¡en solo unos minutos!
Pero ¿cuál es la temperatura ideal del vino blanco?
Una buena pregunta… de nada te sirve un truco así si no tienes ni idea de a qué temperatura servir el vino. Este detalle puede arruinar la cena ¡y dejar muy mal sabor de boca en tus invitados!
Ya sabes que “muy frío” suele ser la contestación a esta pregunta, pero no es suficiente para los amantes del vino blanco. Así que atento a este par de trucos que tienen que ver con qué tipo de vino blanco vas a servir:
Los blancos afrutados alcanzan su sabor ideal sirviéndose muy fríos, alrededor de los 4 y 5 grados. Es el caso de nuestra Chalada, además es perfecto para servir como aperitivo y comenzar la cena con el mejor pie.
Los blancos con carácter más tostado y crianzas piden una temperatura entre los 8 y los 11 grados. Van perfectos para acompañar la comida: te recomendamos un Finca La Colina Verdejo Cien x Cien. ¡No errarás en la elección!
Después de tantos mensajes, por fin llega el momento de conocer a tu ligue en persona, ¡y en esa primera cita no puede faltar un buen vino! Pero… “Qué vino elegir”, “con qué maridarlo”, “cómo tomarlo…” son preguntas que pueden ponerte nervioso durante los preparativos.
¿Qué harías para brindar con éxito en una primera cita?
Esta es la pregunta que hemos hecho a diferentes personalidades del mundo del vino, la gastronomía y el lifestyle que están triunfando en redes sociales.
Y esto es lo que nos han contestado, ¡toma nota!
En caso de ser una cita más informal, recomendaría un vino blanco o rosado, son más ligeros y fáciles de beber y perfectos para romper la timidez inicial. Garantía de éxito para una conversación agradable.
– JOHNY WINE 
Winelover experto en gastronomía y vino.
Encuentra a Johny Wine en Instagram: @jonhywine
El vino es para disfrutarlo, así que relájate, elije un vino que te llame la atención de la carta o pide al sumiller que te recomiende uno, y disfruta de tu cita. Hoy es día de prestar atención a la persona que está contigo, el vino solamente os acompaña.
– GLÒRIA VALLÈS
CEO de Winestyle Travel, magazine de vinos y viajes gastronómicos.
Encuentra a Winestyle Travel en Instagram: @winestyletravel
Para brindar con éxito en una primera cita lo verdaderamente importante es la otra persona, si además ambos comparten el gusto por un buen vino ya tenemos ganado bastante. Que se disfrute como algo que complementa el encuentro y en el que ambos podrán poner a prueba los sentidos alrededor de una copa de vino. ¡suerte!
– SIR MACTRES
Winelover con contenidos culturales y literarios.
Encuentra a Sir Mactres en Instagram: @sirmactres
No entiendo una primera cita sin vino, es tan importante como que exista la otra persona. Al igual que hay compañías que mejoran con un buen vino, hay vinos que mejoran con una buena compañía. Siempre se habla de la armonía de los vinos con los platos, pero estoy convencido de que la armonía de ciertos vinos con determinadas personas es igual de importante.
– JAVIER MUNARRIZ
Cronista experto en gastronomía
Encuentra a Javier Munarriz en Instagram: @javier_munarriz
Cuando salgo a tomar una copa de vino es indicador de tiempo, tiempo para mí. Una copa de un buen vino rodeada de la mejor compañía es uno de los mejores momentos que existen para mí. Yo siempre lo elijo blanco, es mi premier y lo acompaño de cualquier plato de comida o simplemente de un excelente lugar.
– NURIA DIAZ
Experta en cocina sana, Fitness y estilo de vida saludable.
Encuentra a Nuria Diaz en Instagram: @bynudiru
El vino no sólo es una manera estupenda de potenciar los sabores de tu comida desde fuera, sino que puede representar la diferencia de sabor en tus recetas si lo utilizas como ingrediente.
En este artículo te proponemos algunas claves para escoger uno que realmente suponga la diferencia en tu cocina ¡y a disfrutar!
1. Di adiós al cartón
Sabemos que es una de la soluciones más socorridas… o bien tiras de lo que tienes en casa, o bajas a la tienda de la esquina y te haces con el primer vino peleón en cartón que encuentras. Total… ¡sólo es para cocinar!
¡Error! ¿Si nunca servirías una copa de vino en tetabrik, por qué utilizarlo en tu comida? El vino de mala calidad aporta muy poco a tus recetas, básicamente colorantes y toques de sabor artificial.
Escoger un vino de calidad para tus recetas supondrá la diferencia en cada plato. Un buen vino blanco bañará tus guisos con unos toques de sabor de lo más elegante. Si vas a preparar un arroz con pescado, prueba a añadir a tu receta un Sauvignon Blanc. Eso sí, haz bastante cantidad… ¡tus invitados repetirán seguro!
2. Permite al vino “ligar”
Es una pena que elijas un buen vino de Rueda como condimento y que arruines sus matices por las prisas. La regla de poner el fuego al máximo cuando echamos el vino, para que desaparezca el alcohol, no debes saltártela. Sin embargo, recuerda que, tras unos minutos, debes bajar el fuego al mínimo y permitir que los aromas del vino liguen con el resto de los ingredientes. Dale su tiempo, ¡las prisas nunca fueron buenas!
3. Ojo con las cantidades
De nuevo, escoger el mejor vino es sin duda necesario para que tu receta destaque, pero es posible que con la emoción del buen producto se te vaya la mano. No permitas que esto te ocurra, ¡menos es más!
Sigue paso a paso las medidas de la receta que estés haciendo y añade la cantidad justa. Si no, es probable que arruines la armonía del plato.
4. El vino, ¡también en la mesa!
Recuerda servir tu comida con un buen vino; nada peor que degustar un plato hecho con amor acompañado de un vino cualquiera.
Vale, puede que esta regla no tenga que ver con la preparación de la receta… pero sí con el disfrute… ¡Ala, a comer!
Aquellos que tienen el poder de probar un vino y valorar sus matices y aromas pueden parecen héroes inalcanzables en el mundo culinario.
Sin embargo, si amas el vino y no eres un experto en la cata, existen algunos consejos básico que permiten aprender a catar vino, agrupando las fases de la cata y manteniendo todos tus sentidos en “alerta”.
Si te apetece sorprender a tus amigos en vuestra próxima cena, atento a estos consejos:
1. Ojo a la temperatura
Algo que afecta mucho al sabor y aroma del vino y que a veces no se tiene en cuenta. Es importantísimo que sepas a qué temperatura se sirve cada vino.
Los tintos se han de servir entre 12 a 20 grados dependiendo de si son jóvenes, crianza o reserva.
Los vinos blancos han de servirse entre 7 y 12 grados: los más jóvenes hasta 10 y los crianza entre los 10 y los 12. La temperatura ideal de los blancos dulces está en 6 grados.
Importante: ¡sostener la copa! De nada sirve servir el vino a la temperatura perfecta si después la modificas con el propio calor de tu mano. La copa ha de sostenerse siempre por el tallo, para no afectar a la temperatura del vino.
2. No se saltes las fases: Primero el olfato y luego ¡a probar!
Es común que, al probar un vino, nos saltemos fases y vayamos directamente a probarlo. ¡Error!
Al hacerlo de esta manera sólo consigues olvidar un parte crucial de la experiencia. En el olfato va media cata ¡No lo olvides!
Agita el vino suavemente en la copa y realiza tres aspiraciones lentas y profundas para percibir todos los perfumes que tu vino va a presentarte. Lo ideal es repetir este proceso al menos, otra vez más.
Cuando tu olfato ya ha captado la esencia del vino es hora de pasar a disfrutarlo a través de tus papilas gustativas. Pero no estropees la experiencia tomando un trago rápido: lo ideal es beber un pequeño sorbo y hacerlo recorrer lentamente tu boca.
De esta forma, obtendrás todos los matices del vino y estarás viviendo una experiencia nueva ¡en tu boca!
3. Compartir tus impresiones con amigos
No menos importante es la fase de compartir tus impresiones. Hablar sobre los matices que cada uno de vosotros haya percibido es una manera ideal de ir introduciéndose en el maravilloso mundo de la cata, ¡y uno de los momentos más divertidos!
Ya tienes todas las claves para celebrar una pequeña cata en tu casa. Puede ser una excusa perfecta para hacer una actividad previa a la cena, o preparar una de picoteo para disfrutar de distintos vinos. ¡Tú eliges!
Desde hace ya unos cuantos años, el mundo del vino se ha hecho un hueco tan grande en los consumidores, que ya son muchos los que se acercan a tiendas especializadas o bodegas para comprar vinos y contar con “una pequeña bodeguita” en casa. Lo normal es no contar con un espacio amplio, que reúna las características idóneas para su conservación, pero sí podemos lograr con algunos pequeños consejos, que el vino se conserve bien si aplicamos algunas de los datos que aportamos a continuación. Así, conseguiremos que nuestros vinos se conserven bien y poder disfrutarlos sin problemas.
La temperatura, humedad y lugar de conservación
Lo idóneo sería contar con una bodega, sótano o trastero, pero como decíamos es poco probable que contemos con un espacio así, por lo que lo recomendable es encontrar un lugar en la casa donde las condiciones como la temperatura, la humedad y el lugar de conservación sean lo más aceptables. Por ejemplo, la temperatura constante de un vino oscila entre los 12º y los 16º. Lo más importante es que el vino no sufra cambios de temperatura, por lo que la cocina no sería el lugar más adecuado para conservarlo, ya que en esta estancia las temperaturas varían a la hora de cocinar.
El lugar de conservación
El espacio que escojamos debe ser una localización fresca y con una humedad que debe situarse entre el 70% y el 80% para que el corcho no sufra alteraciones. Para concretar cuál es la temperatura y la humedad, es recomendable contar con un higrómetro y termómetro cerca de las botellas.
La luz es un factor importantísimo a tener en cuenta a la hora de la conservación ya que puede alterar y crear reacciones químicas en el vino. Por lo que la recomendación sería un lugar oscuro donde la luz no incida. Una buena opción es depositar los vinos en cajas o muebles cerrados. Hoy en día, además, existen enfriadores y conservadores de vino que nos pueden ayudar al mantenimiento del vino.
La ventilación
Su ventilación es fundamental para evitar que el vino esté libre de olores y para evitar que se generen hongos.
La posición y el cierre
La posición de la botella es otro rasgo a destacar. Siempre debe estar en posición horizontal. La explicación es sencilla, así el vino puede estar en contacto con el corcho. También, es destacable que el vino no sufra cambios ni movimientos, y que reposa tranquilamente.
En muchas ocasiones, a la hora de consumir un vino, no llegamos a acabarnos la botella, por lo que lo ideal para que ese vino no pierda sus propiedades es hacerse con un sistema de cierre al vacío, ya que evitará su oxidación.
El tiempo de conservación
Y, por último, hablaremos del tiempo de conservación y es que tenemos que tener en cuenta que no todos los vinos mejoran y envejecen bien a la vez. Por lo que su conservación varía. Es importante distinguir en nuestra “bodega particular” qué vinos son aquellos que pueden aguantar y cuáles hay que beber tempranamente.
¿A quién no le ha pasado alguna vez, salir a cenar o a comer con amigos, y encontrarse al típico amigo “sabidillo” que coge la carta de vinos y es él el que elige cuál cree que es el mejor vino para poder acompañar los platos? Dándoselas de entendido y soltando adjetivos y cualidades de ese vino cuál experto. Probablemente, ese amigo que habla sobre las bondades de ese vino, no conozca bien el mundo del vino, pero sí que ha aprendido algunas frases o datos comunes, que le hacen parecer, que sabe…
Pues bien, si estás cansado de que siempre se repita la misma historia, y esta vez, quieres ser tú quién lleve la voz cantante, desde aquí te proponemos algunos tips, que te harán parecer un verdadero gurú del mundo del vino:
1- Lo primero y más importante, es no elegir el vino más caro que te encuentres en la carta. Opta por vinos que te resulten familiares, ya por su nombre o por su Denominación de Origen.
2- Hazte un experto en añadas: Sí, aunque no tengas ni idea. Decir que la añada de tal año fue la mejor de la década, te convertirá en un experto y nadie, excepto un auténtico conocedor del mundo del vino podrá rebatirte.
3- Tanto si el vino elegido es por ti como si es una recomendación del sumiller, los pasos para catar ese vino van a ser siempre los mismos: coge la copa desde la base y comienza primero por observar el color del vino, inclinando la copa para observar todos los matices. Después dirige la copa de vino hacia la nariz para hacer la cata olfativa y experimentar el deleite de olores. Remueve un poco la copa, para que el vino respire y te embriague de nuevos aromas y sabores y pruébalo, dejando que el vino penetre en cada papila gustativa y por fin, da tu veredicto final.
4- ¿Los taninos? Sí, los taninos, esa palabra que no paras de escuchar, que relacionas con el vino pero que no tienes ni idea de qué es. Pues bien, los taninos son una sustancia química natural que se encuentra en el vino, que tiene propiedades astringentes y antiinflamatorias. Crean en el vino esa sensación de aspereza o amargor tan característica, por lo que, si te encuentras un vino así, podrás soltar la típica frase de “cómo se aprecian los taninos en este vino”.
5- Las clasificaciones del vino: algunos datos clave para diferenciarlos son:
- Vinos jóvenes: aquellos que no han pasado tiempo en barrica o no el suficiente. Semicrianza, el vino que ha pasado menos de seis meses en la barrica, pero sin llegar a los periodos de crianza de los consejos reguladores.
- Crianza: suele comercializarse en su tercer año, después de haber estado al menos un año en madera, el resto del tiempo va envejeciendo en la botella.
- Reserva: ha sido sometido al menos a tres años completos de envejecimiento, sin embargo, el tiempo mínimo de permanencia en barrica coincide con el de crianza, es decir, un año.
- Gran reserva: los vinos con esta categoría suelen pertenecer a cosechas extraordinarias, su gran singularidad es porque se elabora con uva de una gran calidad. Mínimo dos años en barrica y tres en botella.
Sin embargo, cada vez nos encontramos con bodegas que no etiquetan en sus vinos si son jóvenes, crianza o reserva, si no que le dan mayor importancia a los tiempos que necesita cada vino.
6- Denominaciones de origen: hablar de vinos de distintas denominaciones te hará sin duda, un entendido en el tema. Nunca menosprecies unas regiones por otras, ya que todas cuentan con vinos de gran calidad. Por lo que cuando hables de denominaciones de origen o regiones, intenta destacar las bondades que tienen en vez de centrarte en sacar los puntos negativos o decir aquello de “los vinos de esa Denominación de origen ya no se llevan”.
7- Los maridajes: aquí todo el mundo siempre se decanta por el vino blanco para los pescados y el tinto para la carne. Pues bien, sorprende a tus allegados, ofreciéndoles combinaciones nuevas y sin caer en los viejos estereotipos. Por ejemplo, hay vinos tintos jóvenes ligeros que hacen un matrimonio perfecto con pescados y mariscos.
8- El corcho: nos da mensajes clave sobre el contenido de la botella. Por eso, si quieres parecer un experto sin llegar a ser pedante, coge el tapón y olfatea el corcho para ver en qué estado puede estar el vino. Asimismo, si te encuentras con botellas de vino con un tapón de rosca, no realices comentarios negativos. Sorpréndeme a tus amigos, comentando que en Francia esta clase de tapones son muy comunes. Lo mismo ocurre con los tapones sintéticos, muchas bodegas los usan y los vinos son de excelente calidad.
9- La temperatura: lo ideal está entre los 5 y los 18 grados, por encima o por debajo los vinos pierden sus cualidades.
10- ¿Hasta dónde llenar la copa de vino? Cuántas veces nos hemos encontrado en el típico bar que el camarero nos sirve el vino llenando la copa hasta arriba u otros en cambio, tenemos que coger la copa y efectivamente, comprobar que hay algo de vino dentro. Lo ideal a la hora de servir un vino es hacerlo hasta el medio de la copa, es decir, donde se encuentre el mayor ensanchamiento.
¿Cómo conservar el vino después de abrir la botella? Si abriste una botella de vino y no lo consumiste en su totalidad, no necesariamente tienes que terminarlo. Si lo guardas siguiendo algunos cuidados, puede durar unos días más.
Cuando se descorcha una botella, empiezan a ocurrir reacciones entre el aire y el vino. “Al principio, el aire ayuda al vino a liberar sus aromas, pero si se prolonga el tiempo de exposición, el vino termina oxidándose: se vuelve así plano e insulso, pierde su sabor y acaba por estropearse”, explica Le Cordon Bleu en el libro Escuela de Vino.
A continuación, te enseñamos 5 recomendaciones para conservar el vino después de abrir la botella:
1. Tapar muy bien la botella
La más sencilla es tapar muy bien la botella (con el corcho o tapón para vinos) y guardarla de pie en una nevera. Así puede durar uno o dos días, tomando en cuenta que son más resistentes los tintos que los blancos. Los vinos fortificados como el Oporto y el Jerez duran mucho más.
2. Considerar la cantidad de vino sobrante
Debes considerar la cantidad de vino sobrante en la botella. Cuanto más llena está, el vino se conservará mejor. Si está casi vacía, el aire presente atacará la bebida. En este caso, se recomienda trasvasar el vino a una botella más pequeña, pues la idea es minimizar el contacto de éste con el oxígeno.
3. Extraer el aire
Una estupenda opción es extraer el aire que haya entrado a la botella. Hay distintos accesorios en el mercado que cumplen esta función. Uno de ellos, es el Vacu Vin, bomba manual que extrae el aire creando un vacío. Esto ayuda a que el vino dure un poco más: de dos a cinco días. Te recomendamos que no lo extiendas mucho, pues cada día que pasa afecta el vino.
4. Expulsar el oxígeno
Otro accesorio más sofisticado, es la bombona de un gas inerte que puede inyectarse en la botella para expulsar el oxígeno.
5. Usar tapón con cierre de seguridad
Si se trata de un vino espumoso, lo importante es conservar las burbujas, pues el gas carbónico ejerce un poder antioxidante. Por esto, no se aconseja extraer el aire, ya que el vino perderá sus burbujas. Lo importante es usar un tapón con un cierre de seguridad incorporado para evitar salir disparado por la presión de las burbujas.
Si aún te preocupa conservar el vino después de abrir la botella y es muy frecuente que te quede vino en ella, asomamos la sugerencia que da el autor Alberto Soria en su libro “Vino para uno”: “¡Cambie de pareja!”.
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